30/11/08
HUM... (Muchas gracias!)
S.O.S. URGENTE!!!!!!
28/11/08
JUAN MARSÉ - PREMIO CERVANTES 2008
Y el poeta argentino Juan Gelman, ganador de la pasada edición del premio y miembro del jurado, hizo hincapié en la dimensión internacional de la obra de Marsé, al subrayar que "ha contribuido a la renovación de la novela en lengua castellana, y no sólo de la española. Es un escritor que ha marcado a varias generaciones".
BIOGRAFÍA
Juan Marsé nace en Barcelona el 8 de enero de 1933, como Juan Faneca Roca. Su madre muere en el parto, dejando al taxista Faneca solo con su hija pequeña y el recién llegado. En el transcurso de una de sus carreras coincide con el matrimonio Marsé, una joven pareja que lamenta no tener hijos: el futuro novelista será adoptado a las pocas semanas de su nacimiento. Como afirma Vázquez Montalbán, "el padre biológico se convirtió en un mito fugitivo que algún día volvería y escasamente volvió en dos ocasiones, aunque en su retiro en un pequeño pueblo de Cataluña, el viejo Faneca comentaba con orgullo que era padre de un escritor importante... El mito del padre aplazado se agranda, se ultima en Un día volveré, pero subyace en sus novelas como sombra o cicatriz, adivinadas".
Sus primeros años transcurren entre Barcelona y dos pueblos de la provincia de Tarragona donde vivían sus abuelos, Sant Jaume dels Domenys y Arboç del Penedés. Asiste a una escuela de barrio, Colegio del Divino Maestro, hasta 1946. Fue un pésimo estudiante, pasaba casi todo el tiempo jugando en la calle y descubriendo los escenarios que con el paso de los años configuran su particular territorio literario: Gracia, el Guinardó o Monte Carmelo. Su entorno, repleto de estrecheces, apenas le aporta vivencias culturales; su mundo estético y literario se conforma de novelas de aventuras que le entusiasman y, sobre todo, de la magia del cine americano de la época, algo que le atrae irresistiblemente. Su familia pertenece al bando de los vencidos; el mismo Marsé se declara "voyeur del anarquismo": "forma parte de mi memoria histórica, del entorno de mi familia durante la guerra y después de la guerra. Mi padre Marsé había sido de Esquerra, luego del PSUC, pero siempre fue un militante atípico, por lo libre. Él no era exactamente anarquista. Era un resistente."
A los trece años empieza a trabajar como aprendiz de joyero, oficio que desempeñará hasta 1959; durante este tiempo el muchacho de pelo rizado y espeso, de tímida sonrisa, descubre su inquietud literaria. Estudia de forma autodidacta, entre 1957 y 1959 aparecen sus primeros relatos en la revista "Ínsula", gracias a las recomendaciones de su amiga Paulina Crusat. Obtiene el premio Sésamo de cuentos en 1959. Durante el servicio militar en Ceuta, a los 22 años, comienza a elaborar su primera novela, Encerrados con un solo juguete; años después, en 1960, la presenta al Premio Biblioteca Breve de Seix Barral, declarado desierto por falta de quorum, con ella queda finalista y arranca su carrera novelística. Aunque la novela colma las aspiraciones de críticos y novelistas, que por entonces cultivan el denominado "realismo social", Marsé no se encuentra realmente satisfecho. Aconsejado por Gil de Biedma viaja a París este mismo año, sobre él afirma "la lectura de su obra y el conocimiento de Jaime fueron capitales". Allí trabaja de mozo de laboratorio en el Departamento de Bioquímica Celular del Institut Pasteur, al servicio de Jacques Monod, premio Nobel, de ideología comunista, con el que a veces dialogaba sobre la situación de la España franquista. Comienza su relación con el PCE: "Me hice del Partido Comunista de España en París no por Monod, sino porque era el único que hacía algo contra Franco. Luego me separé por una cuestión de intransigencia. Se metieron con la vida privada de un camarada que al parecer follaba con quien no debía".
Vuelve a Barcelona, publicando en 1962 Esta cara de la luna, hoy repudiada por el autor y desterrada del catálogo de sus obras completas. En 1965 publica Últimas tardes con Teresa, su primera gran novela, que le vale finalmente el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral. Este libro podría definirse, como hace Gonzalo Sobejano, "como una parodia sarcástica de la novela social en sus dos vertientes, como testimonio de los sufrimientos del pueblo y como testimonio de la decadencia de la burguesía". Marsé dirá "creo que tengo una inclinación natural al esperpento...soy grande admirador de Valle Inclán... Puede que mis personajes [habría que añadir, la realidad] queden deformados por la caricatura". Ya del todo seguro de su vocación literaria, abandona su oficio de joyero y comienza a trabajar en colaboraciones para editoriales, traducciones, columnas en periódicos y revistas y diálogos para cine, junto a Juan García Hortelano, gran amigo suyo.
Se casa en 1966 con Joaquina Hoyas, de la que tendrá dos hijos, Alejandro, que nace en 1968, y Berta, en 1970. En este mismo año, 1970, publica la excelente novela La oscura historia de la prima Montse, donde encontramos las claves del universo literario que ha seguido cultivando hasta el presente.
Entre 1970 y 1972, respaldado ya por un gran éxito, en plena madurez creadora, escribe su novela más valorada y una de las más brillantes de toda la narrativa castellana de la posguerra: Si te dicen que caí. A través de un fabuloso recorrido por su infancia, Marsé, recrea la realidad histórica que le interesa rescatar -la etapa de la posguerra española-, con el fin de desvelar esa actitud crítica frente a la realidad sociológica, que constituye la clave interpretativa de toda su obra. Su postura de escritor es "... de rechazo frente a la sociedad, sea cual sea... Es muy saludable una actitud de irritación y crítica..." Inmediatamente censurada en España, se vio obligado a publicarla en México, en 1974, donde recibe el Premio Internacional de Novela. En 1974, comienza a colaborar con la revista "Por favor", donde se ocupa de una columna de relatos literarios de personajes de actualidad, con gran éxito. En 1978 obtiene el Premio Planeta con La muchacha de las bragas de oro. Su universo literario se asienta y se confirma con Un día volveré (1982), Ronda del Guinardó (1984) -1984 será el año en que sufre un infarto y ha de someterse a una delicada intervención quirúrgica- y su volumen de cuentos Teniente Bravo (1987). Vázquez Montalbán asegura, "a partir de este momento [se refiere al periodo que media entre la publicación de Si te dicen que caí y Ronda del Guinardó] te dedicas a recuperar tu memoria, individual y coral, contra la obligada amnesia del vencido de la guerra civil". Así lo admite el autor, que no descarta sin embargo la memoria como "material esencial" en el conjunto de todas sus novelas. Afirma Marsé, "... la realidad me interesa poco, de modo relativo. Tiendo a una realidad elaborada... no soy un reproductor de historias; las creo yo. Adoro la verdad inventada"; y los elementos que sostienen esa "verdad inventada" de Juan Marsé son la memoria y la palabra, ambas imprescindibles.
La década de los noventa supone la consagración definitiva del escritor barcelonés. En 1990 recibe el Ateneo de Sevilla por El amante bilingüe; en 1994 le conceden por El embrujo de Shangai el Premio de la Crítica y el Aristeion.
Pasarán siete años para que Marsé rompa su silencio y publique, en el 2000, la novela Rabos de lagartija y en 2004 La gran desilusión, por la primera obtiene el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Narrativa. El 27 de Noviembre de 2008, cuando se conmemoran los 10 años de la muerte de la poetisa y escritora Gloria Fuertes, Juan Marsé ha sido galardonado con el Premio Cervantes, como una de las más importantes figuras literarias españolas.
BIBLIOGRAFÍA
Novelas:
Encerrados con un solo juguete (1961)
Esta cara de la luna (1962)
Últimas tardes con Teresa (1966)
La oscura historia de la prima Montse (1970)
Si te dicen que caí (1973)
La muchacha de las bragas de oro (1978)
Ronda del Guinardó (1984)
Un día volveré (1982)
Teniente Bravo (1986),
Señoras y señores (1988),
El amante bilingüe (1990)
El embrujo de Shanghai (1993)
Rabos de lagartija (2000)
La gran desilusión (2004)
Relatos:
La fuga de río Lobo (Destino, 1985)
Teniente Bravo (Plaza & Janés, 1986)
Artículos periodísticos:
Señoras y señores (Punch, 1975; Tusquets,1987)
Confidencias de un chorizo (Planeta, 1977)
PREMIOS:
Encerrados con un solo juguete
- Finalista Premio Biblioteca Breve Seix Barral (desierto), 1960.
Últimas tardes con Teresa
- Premio Biblioteca Breve Seix Barral, 1965.
Si te dicen que caí
- Premio Internacional de Novela "México", 1973.
La muchacha de las bragas de oro
- Premio Planeta, 1978.
Ronda del Guinardó
- Premio Ciudad de Barcelona, 1985.
El amante bilingüe
- Premio Ateneo de Sevilla, 1990.
El embrujo de Shanghai
- Premio de la Crítica, 1994.
- Premio Europa de Literatura (Aristeión), 1994
En 1959 recibió el Premio Sésamo de cuentos.
En 1997 es galardonado con el Premio Juan Rulfo.
En 1998 recibe el Premio Internacional Unión Latina.
27/11/08
DIEZ AÑOS CON PENA Y SIN GLORIA
De los 2 a los 14 años asiste a diversos colegios, entre ellos uno de monjas en la calle Mesón de Paredes, que ella recuerda en un poema:
"Me llevaron a un colegio muy triste donde una monja larga me tiraba
pellizcos
porque en las letanías me quedaba dormida".
En el año 34 fallece su madre y Gloria empieza a trabajar como contable en una fábrica. Talleres Metalúrgicos, donde entre cuenta y cuenta escribe poemas.
En 1935 publicó sus primeros versos y dio sus primeros recitales de poesía en Radio Madrid. Desde 1938 hasta 1958 trabaja de secretaria en "horribles oficinas", según ella misma confiesa.
En 1939 aparece como redactora de la Revista Infantil "Maravillas", donde publicaba semanalmente cuentos, historietas y poesía para niños, hasta el año 1953.
En 1947 obtiene el 1º premio de "Letras para canciones" de Radio Nacional de España. 1950: publica "Isla Ignorada", su primer poemario. En 1951 funda junto a Adelaida Lasantas el grupo femenino "Versos con faldas" que se dedica durante dos años a ofrecer lecturas y recitales por cafés y bares de Madrid. 1950 - 1954, fundadora y directora de la revista poética "Arquero" junto con Antonio Gala, Rafael Mir y Julio Mariscal. En 1952 estrena su primera obra de teatro en verso "Prometeo" en el Teatro del Instituto de Cultura Hispánica. En 1954 publica en Lírica Hispana (Caracas) "Antología Poética" y "Poemas del suburbio". Ese mismo año aparece "Aconsejo beber hilo" en la colección Arquero.
1955-1960: cursa estudios de biblioteconomía e Inglés en el International Institute. Organizó la primera biblioteca Infantil Ambulante para pequeños pueblos. En 1958 obtiene la primera mención del concurso "Lírica Hispana" de Caracas con su obra "Todo asusta". Desde 1958 hasta 1961 trabajó como bibliotecaria en el Instituto Internacional, en la calle Miguel Angel.
Desde 1961 a 1963 reside en los Estados Unidos al obtener una beca Fullbright de Literatura Española, impartiendo clases en las universidades de Bucknell, Mary Baldwin y Bryn Mawr. "La primera vez que entré en una universidad fue para dar clases en ella". A su vuelta de Estados Unidos imparte clases de español para americanos en el Instituto Internacional. En 1965 obtiene el Premio Guipúzcoa de poesía con "Ni tiro, ni veneno, ni navaja". En 1966, premio "Lazarillo" con "Cangura para todo". 1968: Le conceden el Diploma de Honor del Premio Internacional Andersen para Literatura Infantil. Ese mismo año publica "Poeta de guardia". 1972: Beca March para Literatura Infantil, que le permite dedicarse por entero a la literatura.
A mediados de los años 70 colabora activamente en diversos programas infantiles de TVE, siendo "Un globo, dos globos, tres globos" y "La cometa blanca" los que la convierten definitivamente en la poeta de los niños. Recibiendo en cinco ocasiones el Aro de Plata de este medio informativo. A partir de estos años la actividad de Gloria Fuertes es imparable: lecturas, recitales, homenajes... siempre cerca de los niños; publicando continuamente, tanto poesía infantil como de adultos. Fallece el 27 de noviembre de 1998,
en Madrid.
Milagros y Obras
Villancicos (1956)
Cangura para todo (1968) Mención de honor en el Premio Hans Christian Andersen de literatura infantil.
Don Pato y Don Pito (1970)
Aurora, Brígida y Carlos (1970)
La pájara pinta (1972)
El camello cojito (1978)
El hada acaramelada (1973)
La gata chundarata y otros cuentos (1974)
El dragón tragón (1978)
La momia tiene catarro (1978)
El libro loco. De todo un poco (1981)
El perro que no sabía ladrar (1982)
El abecedario de don Hilario (1983)
Trabalenguas para que se trabe tu lengua (1988)
Prometeo (1952) Primera obra de teatro en verso
El chinito Chin-cha-té (1955)
Petra, un señor pregunta por ti (1970)
Las tres reinas magas (1978)
Isla ignorada (1950)
Antología y poemas del suburbio (1954)
Aconsejo beber hilo (1954)
Todo asusta Caracas (1958) Primera mención del Concurso Internacional de Poesía Lírica Hispana
Que estás en la tierra (1962)
Ni tiro, ni veneno, ni navaja (1965) Premio Guipúzcoa
Poeta de guardia (1968)
Cómo atar los bigotes al tigre (1969) Accésit premio Vizcaya
Antología poética (1950-1969)
Sola en la sala (1973)
Cuando amas aprendes geografía (1973)
Obras incompletas (1980)
Historia de Gloria: (amor, humor y desamor) (1983)
Mujer de verso en pecho (1983)
Pecábamos como ángeles (1997)
Glorierías (1999)
Es difícil ser feliz una tarde (2005)
El Rastro (2006)
25/11/08
LA NUEVA VERSIÓN DE LA GUERRA DE LOS MUNDOS
FUENTES: WIKIPEDIA y RNE
PESADILLA - FRANCISCO JAVIER ILLÁN VIVAS (Audiovisual terrorífico y fragmento de la entrevista de Sandra Llabrés y Joana Pol al autor murciano)
Para el reproductor de música de fondo en la barra lateral izquierda EUREKA
Pesadilla
A Robert E. Howard
El sueño se negaba a acercarse a mi lecho, mientras las horas goteaban pesadamente. Intenté averiguar el motivo del nerviosismo que me dominaba, pero no lo encontré. Entonces, inopinadamente, un irreprimible temblor invadió poco a poco mi ánimo, y a la larga una verdadera pesadilla vino a apoderarse por completo de mi corazón y de mi entendimiento.
El miedo me puso los pelos de punta, estremeciéndome de horror. Ya conocía semejante sobrecogimiento. Te puedo jurar que las puertas de infierno se abrieron para soltar legiones de tinieblas, saliendo como aviesos torbellinos de llamas dispuestas a devorarme. La habitación se sumergió en una hosca quietud.
Ya te hablé de ella, de su belleza que dejaba sin respiración, de aquel horror que sufrí cuando me contempló, aunque por un instante, la primera vez. La bóveda laberíntica de mi cabeza vio sus labios rojos, entreabiertos, sus largas y negras pestañas, sus ojos execrables y llenos de sombras, su pavoroso bosque de cabellos.
Allí inclinada sobre mi, tenía algo de impío, tanto en la seducción de su sonrisa como en el brillo de sus ojos y la lujuriosa pose de su voluptuoso cuerpo. Cada gesto y cada uno de sus movimientos la apartaban del comportamiento normal de las mujeres; su belleza indómita no estaba sometida a ley alguna, estaba hecha para enloquecer, para hacer que un hombre se volviese ciego e inconsciente, despertando en él las desenfrenadas pasiones propias de nuestros antepasados antropoides.
Cuando parpadeaban sus ojos, en ellos se proyectaba la lujuria, la endemoniada crueldad y la perversidad monstruosa que han atemorizado a los hombres desde los primeros tiempos, desde que descendieron de los árboles.
¡Judit! ¡Judit! ¡Judit! Repetí mil millones de veces aquel espantoso nombre.
¡Cielos, qué abismos y cumbres de horror acechan en ese nombre! Enloquecido por las heladas puñaladas de sus horrendos ojos, me convirtió en una ruina sangrante, sacó de mi cuerpo el alma y el ser, sumergiéndolos en un río de lava ardiente. ¿Se recuperará mi mente de lo que vi? Hoy creo que jamás lo hará.
Nunca, ni en los peores momentos del ansia de beber, experimenté nada parecido. Ardí con el calor de mil volcanes y me helé en el frío de su mirada, que ningún hielo puede igualar. Las palabras de Robert E. Howard vineron a mí atormentado entendimiento y bajé arrastrándome hasta los más hondos pozos del tormento y ascendí hasta las torturas más encumbradas, miles de harpías aullantes me rodeaban, gritando y rajándome con sus infestas garras. Cada uno de mis huesos, cada una de mis venas, cada una de mis células, sufrí entre gritos el dolor que jamás nadie ha sentido, desintegrarse mi cuerpo, y esparcirse átomo a átomo, ensangrentado, por el Universo de las Sombras. Pero cada uno de esos átomos, cada una de esas células, juntas y por separado, se mantenían unidas en el suplicio a mi mente, gritando, rabiando de dolor. Y en un movimiento absorbente, volvieron a unirse, a integrarse, para hacer más agónico el tormento.
Entre los vapores ardientes del volcán, los ojos fuera de sus órbitas, sufriendo el abrazo del frío mortal, me oía gritar mientras mis manos se convertían en garras y me arañaba con desesperación. Laceré nuevamente mi carne, en un frenesí agónico que me hacía comprender que estaba vivo, que ese dolor era signo de vida, que viviría mientras fuese capaz de rajar mi propia carne con mis manos.
Con un alarido bestial, me abalancé sobre la botella que había en la mesilla de noche y frenéticamente bebí. La cogí con ambas manos, apenas consciente de lo que estaba haciendo, apreté con tal violencia que el cristal estalló entre mis dedos. La mezcla de líquido, sangre y cristales cayeron sobre mi garganta y mi pecho.
En la miseria de mi degradación, el líquido era un puñal de lava ardiente que me atravesaba el corazón y que hacía revivir, de un modo extraño, los escasos momentos de consciencia que había vivido en los últimos tiempos, antes de iniciar la búsqueda, cuando era un niño que corría por los trigales, acariciando las coronas de las espigas, recuerdos que sospechaba que mi torturada mente perdería en aquella jornada. ¡Ya eran lejanos y borrosos los momentos que viví con la única mujer a la que pude amar! El negro mar del olvido se había interpuesto entre ellos y yo.
Cuando desperté me encontré en una solitaria calle. ¿De dónde habían surgido aquellas atalayas que brillaban entre la niebla? Sus luces me llamaban de un modo extraño. Parecían latir, estrellándose contra mi cerebro. Me apreté con fuerza las sienes doloridas, luchando por hacer que mis pensamientos volviesen del laberinto caótico en el que se habían extraviado. La niebla danzaba con formas extrañas y siniestras. Se acercaba hacia mí.
Cuando los espectrales dedos de la niebla estuvieron a punto de atraparme, fríos como manos de cadáveres, entré en una habitación. Espantosa escena de muerte me aguardaba, cientos de esqueletos, calaveras, huesos, carne podrida, su hedor me asfixiaba, las ratas corrían entre los despojos y detritus humanos, los reptiles se escabullían entre los huecos de los ojos de las descarnadas calaveras. ¿Dónde me encontraba? ¿De dónde habían surgido aquella obscena locura, negra y terrible?
Permanecí inmóvil, en mitad de la estancia. Primero lo atribuí a mi caótica mente, dominada por el alcohol, pero sabía que desde la profundidad de unas descarnadas cuencas oculares, unos grandes ojos ardían clavados en los míos, ojos que doblegaban mi alma y mi entendimiento, clavándome en el suelo. Aquella masa de carne putrefacta, destrozada y comida por ratas y serpientes, se reía de mí. ¡Era ella!
¡En ese momento mi cabeza estalló! Las atalayas se tambalearon y cayeron, una gran columna de humo ascendió desde los infiernos, torbellinos de maldad escaparon de las profundidades de la noche y ascendieron a los cielos. Sin ser consciente de ello, había alcanzado el revólver y convertido mi cabeza en un castillo de fuegos artificiales. Caí y no fui consciente de nada más.
Me hundí en un mar de inconsciencia.
© Francisco Javier Illán Vivas
http://www.illanvivas.com/
Fuente: El Rincón literario 3 de nit
24/11/08
MIEDO AL DESNUDO
19/11/08
LA HIJA DE LA FORTUNA de Isabel Allende
De un comienzo como este cabría pensar con facilidad que nos disponemos a leer una novela a la vieja usanza de la literatura mágica latinoamericana, que roze los delirios mágicos de los personajes de La casa de los espíritus, la primera gran novela imitatoria de la literatura de este género propiedad de Gabriel García Márquez, de la que también es autora Isabel Allende. Pero no, nada más lejos de la realidad... Continuar su lectura nos descubre una nueva y vieja clase de novela que desarrolla su acción en la década de los años 40 y 50 del S. XIX tanto en localizaciones chilenas como en la costa de San Francisco, y en torno a la Fiebre del Oro; un pastiche de romances entre clases sociales diversas y antagónicas; de marinos, marineros y aventureros; de buscadores de fortuna, prostitutas y jóvenes marcadas por los primeros amores frustrados; una historia sobre el comercio transoceánico, la Oportunidad que representaba para bandidos, maleantes y vagabundos cada uno de los barcos que zarpaban de las grandes ciudades latinoamericanas en busca del Oro; sobre la conformación de los estados desunidos de América del Norte; sobre la pobreza y la fuerza de la necesidad y sobre la obsesión de quien ama tanto que ama ciegamente y busca y, al encontrar lo que anheló tanto y durante tanto tiempo que no se recuerda el porqué, uno lo halla perdido en su valor, irreconocible porque un otro amor ha ocupado suavemente el hueco de un alma que se creía huera, que se tuvo al lado siempre y que no se vio como lo que era.
Dicen que los grandes abstractos hay siempre que buscarlos en su antesala, en su sala de espera, porque no hay placer comparable al de la excitación y la fuerza vital que proporciona esperar encontrar lo que se buscaba, porque lo que se acaba por encontrar deja instantáneamente de tener el valor que le conferimos mientras lo perseguimos, y sólo entonces se nos destapa la venda de los ojos y mirando atrás, comprobamos que al desearlo, obteníamos ya todo lo que nos podía ofrecer poseerlo.
Por ello esta mi última novela leída de Isabel Allende es también una curiosa novela-canto a la ceguera. Ceguera de oro, donde el oro varía su valor (y hasta su sentido) dependiendo de quien se asoma al prisma que lo refleja.
4/11/08
EL SIGNO DE LOS TIEMPOS
Corrían, mediados, los años ochenta cuando en el agitado panorama musical, al hilo de las formas más vanguardistas de creaciones video-musicales, artísticas, del estilo de Peter Gabriel, Art of Noise o Grace Jones, se colaban poderosas canciones de reivindicación, concienciación y denuncia. Casos como The Police o Queen, son los más vivos ejemplos de una generación de artistas y creadores que aunaron sus fuerzas para decir en todo momento un "algo más" desde su proyección mediática internacional. Eran muchas, tantas, las vicisitudades que se daban, era también tan sorprendente e inesperado cada momento de aquellos años que, continuamente observavamos una creciente preocupación social a gran escala, de anchas miras, que venía a llenarnos la cabeza a nosotros, los niños que sin saberlo conformábamos la denostada Generación X, con mensajes que tempranamente nos iban a hacer tomar conciencia del mundo en el que vivíamos y en el que ibamos a decidir en un futuro próximo. Así, recordando siempre aquellos tiempos, rescato de mi particular discoteca una canción por la que el tiempo pasa imponiendo alguna sincronía, pero que encierra gran cantidad de observaciones de un mundo en un perpetuo anclaje. La sociedad americana a la que se alude en la canción de Prince, era en aquellos años un hervidero de violencia peor que el que pueda ser ahora, una gran olla a presión de locos en desbandada, de entre los que ya había quien entraba a las iglesias pistola en mano y asesinaba a sus feligreses o quienes siendo aún muy jóvenes, pero marginados por su raza, se abocaban a rendir pleitesías a matones de sectas urbanas; la droga convertía en homelesses a otros tantos jóvenes; las madres, solteras y sin trabajo, se empobrecían inevitablemente incapaces de dar de comer a sus hijos, en un clima de pobreza urbanita de tercer mundo en el primero, sin que fuera impedimento para que sus gobernantes, ciegos a la crisis de su sociedad de entonces, continuaran enviando hombres a la luna. Nacer, como cabría interpretar de la ironía final de la canción, era casi, casi un riesgo en una sociedad tal como la que se retrata.
El ombliguismo de la canción, no deja vislumbrar un ápice de todos los problemas coetáneos, pero me importa señalarla aquí para ver cómo a pesar de que America haya sido técnica y prácticamente la mayor potencia económica mundial, ha llevado siempre consigo una debilidad y doblez moral, social, perenne y porque siempre hubo quienes nos hicieron ver, frente al propagandismo que nos inundaba entonces, como ahora, y en contra de todas sus ínfulas, que no eran ese sueño que siempre han tratado de vender al mundo.
Oh yeah / Oh sí!
In France a skinny man / En Francia un hombre en los huesos
Died of a big disease with a little name / muere de una gran enfermedad de nombre pequeño
By chance his girlfriend came across a needle / Por casualidad su novia se pinchó con una aguja
And soon she did the same / y pronto le sucedió lo mismo
At home there are seventeen-year-old boys / En casa hay chicos de 17 años
And their idea of fun / cuya idea de pasarlo bien
Is being in a gang called The Disciples / pasa por estar en una banda llamada Los Discípulos
High on crack, totin’ a machine gun / hasta arriba de crack y con un arma en las manos
Time, time / Tiempo, tiempo
Hurricane Annie ripped the ceiling of a church / El huracán Annie arrancó el techo de una iglesia
And killed everyone inside / matando a todos los que había dentro
U turn on the telly and every other story / Enciendes la "caja tonta" y todas y cada una de sus historias
Is tellin’ U somebody died / cuenta que hay alguien que acaba de morir
Sister killed her baby cuz she could afford 2 feed it / Una "hermana" mató a su bebé porque no podía darle de comer...
And we’re sending people 2 the moon / Y seguimos mandando gente a la luna
In September my cousin tried reefer 4 the very first time / En Septiembre mi primo probó la droga por primera vez
Now he’s doing horse, it’s June / Ahora se lo hace con "caballo", es Junio
Times, times / Tiempos, Tiempos
It’s silly, no? / ¿No es estúpido
When a rocket ship explodes / que una nave espacial explote
And everybody still wants 2 fly / y que todo el mundo siga queriendo volar?
Some say a man ain’t happy / Alguien dijo que un nombre no era verdaderamente feliz
Unless a man truly dies / hasta que moría
Oh why / Oh! ¿Porqué?
Time, time / Tiempo, tiempo
Baby make a speech, Star Wars fly / Nena, márcate un discurso, Sobre la querra de las estrellas
Neighbors just shine it on / Tus vecinos le darán brillo
But if a night falls and a bomb falls / Pero si cayera una bomba
Will anybody see the dawn / ¿Llegaría alguien a ver el amanecer?
Time, times / Tiempos, tiempos
It’s silly, no? / ¿No es estúpido
When a rocket blows / que se joda una nave
And everybody still wants 2 fly / y que sigamos queriendo volar?
Some say a man ain’t happy, truly / Alguien dijo que un nombre no era feliz, verdaderamente
Until a man truly dies / hasta que moría
Oh why, oh why, Sign O the Times / Oh! ¿Porqué? Oh! ¿Porqué? El signo de los tiempos
Time, time / Tiempo, tiempo
Sign O the Times mess with your mind / El signo de los tiempos puede que confunda tu mente
Hurry before it’s 2 late / Démonos prisa antes de que sea demasiado tarde
Let’s fall in love, get married, have a baby / Enamorémonos, casémonos, tengamos un bebé
We’ll call him Nate, if it’s a boy / Le llamaremos Nacido, si es niño
Time, time / Tiempo, tiempo
Time, time / Tiempo, tiempo