31/8/08

TANTA SOLEDAD INABARCABLE





Tanta soledad!
Imposible abarcarla, imposible medirla con pasatiempos,
con lecturas, con canciones, con sueños y ensoñaciones,
con llantos,
con la sonrisa del recuerdo de la compañía pasada.
La soledad sin medida y desbordada, encabalgada
con otras soledades, con ejercicios de reflexión, escritura y evocación.
Ninguna soledad pasada, sino toda vívida, latente.
Hoy llevo conmigo el rictus de la última soledad reflejada.
Es la solitud de quien estuvo ya solo,
tan atrás, tan antes.




30/8/08

DÓNDE


¿A DÓNDE IRÉ, PERDIDO, SI ABANDONO
LAS RECTAS SENDAS RUDAS, VIRTUOSAS,
QUE ALGUNOS HOMBRES DOCTOS SIN ENCONO
HAN SEGUIDO ANTE PRUEBAS DOLOROSAS?

NO HE LUGAR AMENO O DESCANSADO
DONDE TODAS MIS TORMENTAS SE SERENEN,
NI HALLO MAS ALLÁ UN SOLO PRADO
EN EL QUE CESE LA FURIA QUE RETIENEN...

NO SÉ A DÓNDE ME DIRIJO A SOLAS
NI SI A SOLAS MARCHARÉ POR SIEMPRE
EN MI CAMINO ERRADO Y SIN FORTUNA.

MAS SI HE DE ANDAR POR ENTRE TODAS
LAS SINUOSAS Y ESCARPADAS RUTAS
DE ESTA VIDA, ANDARÉ PRUDENTE
.

29/8/08

HEDOR


EL SONSONETE HIRIENTE DEL ODIOSO ALTIVO
QUE AL HABLAR COMPARA SU VIDA CON LA MAR
INMENSA, SIENDO UN CHARCO CENAGOSO, A SONAR
COMIENZA REDIVIVO,
DEJANDO EL SOBERBIO ECO EN LA PONZOÑOSA
PROXIMIDAD DE SU PRESENCIA, EL ACIBARADO
SONIDO QUE EVIDENCIA UN ENCUBIERTO LADO
DE DOBLEZ ENGAÑOSA...
Y NO ES ESTO LO MALO, SINO QUE EN EL FAVOR
DE OTROS HAGA APOYO, NEGANDO A SUS ESPALDAS
LA ESTIMA O SU BAJEZA... LLENAS SERÁN SUS HALDAS
DE UN INMORAL HEDOR

LOS MUSICALES







Pues sí, es otra de mis aficiones, la de las películas musicales.
He colado aquí, alguna de las películas que más han marcado mi memoria cinematográfica en este género y como veréis, he llegado a incluir alguna que no se corresponde estrictamente con él
Son éstas aquellas con las que más he disfrutado siempre, las que suelo ver de cuando en cuando de nuevo, tanto en versión original, como las ví primeramente, como dobladas al castellano, de las que escucho frecuentemente sus canciones y que me acompañan en el coche y en los momentos en los que siento la morriña de un adornado sabor a infancia.Admiro en ellas la positividad, el sentimiento, la gracia de lo añejo y lo novedoso que resultó en su momento, en cada caso, la inclusión de determinados números musciales...


Los movimientos, los bailes, el atrezzo, los decorados, el color, el humor, la tristeza y la alegría...

Me faltan otras muchas, pero relleno el hueco de estas, que no consigo encontrar, pero que incluiré para que no se quede cojo este post, con el tiempo, con carteles distintos de la que más me ha marcado....

Sip... Cantando bajo la lluvia...

Qué pasa...? No se puede ser... ecléctico o que... ?

Je! Es broma!


28/8/08

PASCUAL AGUSTÍN MARCO


Es el otro escritor que marcó mi adolescencia, el que me dio miedo al verle, miedo de convertirme en algo parecido. Un escritor bueno, inspirado, original, propio, independiente y no interesado aparentemente en el mercadeo de su obra, de sus sentimientos ni visiones, al que me crucé en ocasiones diversas cuando caminaba en dirección al instituto, en mi pequeña ciudad de habitantes ignotos. Sorpresas había pocas allí, es por eso que, al margen de los más señalados escritores con los que compartía vecindad, desconociéndolos, y de los que hablaré más adelante, verle a él reconociéndole esta vez por la foto de una contraportada pobre de un libro pobre publicado y encontrado por mera casualidad en la única librería que se mantenía en pie todavía allí, Los cañones de Teruel, se me quedó grabada en la memoria la visón al pasar de su atractivo desaliño auto destructivo, con el pelo grasiento, la vestimenta sucia y mal compuesta y la mirada perdida en qué sé yo qué otro párrafo próximo de la vida por delante.

Sí, es la atracción que desprecia lo que produce una visión propia en un estado igual más adelante.

Le recuerdo, viéndome sin querer parecerme.
Me atrae.


27/8/08

SABER ALGO


Acabo de enterarme de que a una compañera de trabajo, con la que no es que tenga ninguna estrecha amistad y con la que tampoco he compartido largas jornadas ni eternas horas de curro, va a ser una nueva víctima de la crisis económica que padecemos. Independientemente, me siento cercano a ella y no sólo por habitar el mismo espacio profesional... No le renuevan el contrato, no por otra cosa, que yo sepa, si no porque la empresa no tiene posibilidades de mantener un puesto más, y eso que no somos tantos en plantilla.

Me lo han comunicado sotto voce, y he sentido ganas de enviarle un mensaje o ir avisando para que el golpe no sea tan fuerte, pero actualmente esta de vacaciones, no sabe nada de nada y estoy seguro de que aun siendo consciente de las dificultades de la empresa, jamás hubiera pensado que le tocaría a ella ser la primera... Hay otros en la empresa que son menos antiguos. También esto último es preocupante, el efecto dominó...


No sé qué debería hacer al saber esto. Mi filosofía me mueve a avisar para que vaya buscándose un apaño. Tal y como están las cosas, es necesario preparase el currículo con tiempo, y más si es algo que te llega de sopetón.


Pero si le aviso le derrumbo. Si no lo hago, me derrumba la impotencia...

26/8/08

EL VENDEDOR DE PARARRAYOS


El vendedor de pararrayos fue la pequeña revista literaria que tuvo a bien publicarme en los días de vino y rosas en los que comenzaba a tontear con la literatura, ese relato primerizo que consiguió por sí sólo previamente ganar el primer concurso de Relato Corto organizado por la UGT de la Provincia de Zaragoza.

El relato tenía por título Enjambre y, pese a lo dicho anteriormente, no estoy convencido todavía, habiendo transcurrido cerca de 11 años, de que mereciera ninguno de aquellos regalos. Es otro rescate.

Las polillas se lo habrán podido comer, regurgitarán descansadas después, pero vengo a nombrarlo por compartir un poco más de mí, por contaros algo más, con cierto sonrojo y aprovechando que, efectivamente, aún no estoy presente activamente delante de la pantalla en donde abro mi correo y veo vuestros comentarios, dejando que estos, si queréis dejarlos, se agolpen para asaltarme a mi vuelta, para enrojecerme el rostro aún más.

No he alimentado mucho a las polillas. Los poemas que escribí de muy joven, y que habéis podido leer en entradas anteriores, son raquíticos, esqueléticos y, en cuestión de relatos, los nombrados aquí de antes de mi etapa blogger, son los únicos que conseguí elaborar. Mal cocinero de polillas, pues...

Luego llegó la sequía, y la sed que no me abandonó durante más de una década.

Pero eso es otro post.

25/8/08

CUENTO CONTIGO


Cuento Contigo, fue un programa de radio de la emisora M80, que si no recuerdo mal, todos los domingos por la noche, a última hora, ponía voz y música acorde, a los relatos que muchos oyentes, escritores aficionados y apasionados de la radio y los relatos cortos, escuchábamos con devoción.

Fue este programa el que consiguió emocionarme cuando pude escuchar radiado un relato corto escrito por mí titulado La Voluta Melancólica, que he de rescatar del banquete de polillas del estante en el que se cansan de esperar mis cuadernos de apuntes y escritos de todo tipo...

Fue como si en otra voz, una voz femenina, el relato cobrara vida propia, más si cabe al escuchar de fondo y pausando su lectura, varias canciones de Sade que decoraban la magia que yo había intentado reflejar con palabras de un café de Jazz bohemio...

Comienzo a rebuscarlo y os lo paso en cuanto vuelva... De momento sólo os abro el apetito a vosotr@s, y la curiosidad... A ver si merece un mordisco...

24/8/08

TUS


Existen Tus que declaran un amor dulce, silencioso, calmo

Tus que llaman al amor

Existen Tus acusadores, acusativos

Tus que no dejan más que un sabor a reproche

Existen Tus que materializan tu ausencia

Tus que dejan a uno mismo en soledad

Existen Tus que sólo marcan la distancia,

Tus fríos, congelados, pétreos y marmóreos

Existen Tus en los puntos suspensivos, o suspensos (...)

Tus que sugieren todo lo tuyo y lo mío

Tus que renombran lo que soy al pronunciarlos

Tus que ahogan y salvan

Tus que bendicen y exculpan

Tus que no te señalan, desmarcándote

Tus en un eterno e imperecedero etcétera

como un eco de uno mismo en ti.

22/8/08

INTEMPERANCIA Mario Lacruz (Póstuma)


No suelo comprar libros sueltos.
Soy incapaz de llevarme uno sólo, y tiendo a aprovechar ocasiones, de modo que habitualmente me llevo siempre de dos a tres libros de cualquier cosa. Para completar la tríada esta vez, escogí este que ahora menciono, por la curiosidad de su temática y por el hecho de que se trata de una obra publicada tras la muerte de su autor, porque siempre me ha llamado la atención todo eso que se ha escrito y que se ocultó por alguna razón, tratando de saciar mi curiosidad literaria y librera.
Lo dejo aquí, practicamente sin comentar nada del libro. Vale la pena pasearse por sus páginas y descubrir otro ambiente de circunstancia rural desfavorable, trágico aire de confusión humana y observación de nuestra condición inhumana.
Suave libro. Fácil.
Hay ejemplos mejores y difíciles de solapar, incomparables. La familia de Pascual Duarte, primero...
Como digo, tiene otro interés y el mío, con esto, el de compartir otra cosa más, hoy... (De todo tiene que haber)

21/8/08

ES GROTESCO


Es grotesco que los periodistas estén en constante búsqueda de la información en medio del Dolor, comprobar su preocupación estrictamente profesional por parecer profesionales en un directo noticioso; es grotesco alimentarse de la fatalidad; es grotesco el uso de una posición de visibilidad y creer que se tiene la obligación, no ya de la opinión, si no del juicio, de la sentencia; es grotesco ver un micrófono delante de una lágrima, es grotesco.

CAMBIO DE SENTIDO


Si algo noto cuando existe una causa de dolor de alcance general, es que velozmente en nosotros cambia nuestra sensibilidad de dentro a fuera. Pasamos de estar pendientes de nosotros a estar con el corazón en un puño por los demás, sobre todo si la causa del dolor es el Desastre, la Catástrofe, es un Dolor que afecta globalmente.


Uno se siente una mínima parte en contradicción de los sentimientos egocéntricos de hasta entonces, un momento en el que la razón, desbancada dentro de nosotros por el corazón y sus sentimientos individuales, toma su posición en forma de condolencia, compasión, solidaridad, preocupación... Cambiando el sentido del pálpito.


Hay un minuto de sensación de pequeñez, de insignificancia de lo de uno mismo mientras tomamos consciencia de la gravedad de lo que afecta a otros... Y nos volcamos, con nuestras capacidades, si éstas están al alcance, con nuestro pensamiento constante, con nuestro afán de saber la exactitud de una causa y con la intención de moderar el dolor, sumándonos en un abrazo protector colectivo de quien sufre...


Esto también me eriza la piel...

20/8/08

Mi vela... JK 5022


UN ABRAZO TRÉMULO


Estoy temblando por todo lo que podría ocurrir, por lo que ocurre ahora, por el desastre en Madrid.

Un abrazo a las familias!

"UNA MANO EN EL DESIERTO"


He creído siempre en la amistad como un ciego.


No he considerado nunca amigo a quien no haya podido contarle alguna vez una pena propia o un problema vivido y no me haya respondido aconsejándome, consolándome o confesándose a su vez.


No he considerado nunca como un amigo, al que sólo me ha mostrado siempre una careta de frivolidad, superficial o una capa de superfluidad.


He necesitado ver siempre en él, el mismo modo de fragilidad humana que en mí mismo ha hecho habitar mi vida particular.


He sido de amigos pocos.


Hondos en cada momento.


A ellos, que aparecen en mi vida oportunamente, cuando los puedo necesitar sin esperarles, quiero reconocerles ahora mi más sentido agradecimiento por haberme dado, poco a poco, su cariño, porque cada vez que ha sido así, aun lejos en distancia, me he sentido querido.


Ésa ha sido íntimamente mi única aspiración vital de siempre y vosotros, quienes sabéis quiénes sois, me habéis hecho sentir, sin pensarlo, valioso en algo, del mismo modo que vosotros lo habéis sido para mí.


Desearía poder recopilar todo ese cariño mutuo, juntarlo todo para ahogar ahora mismo, inundándome los ojos, las viejas tristezas nuevas que me secan y que están haciendo de mis días de hoy, un terreno árido para caminar.

ILDEFONSO MANUEL GIL



Conocí a este hombre completo para las artes de la palabra y la expresión a lomos de su Caballito de Cartón, cuando había sido recién editado, habiéndolo leído vorazmente y reconociendo en gran parte de sus páginas, lugares comunes y nombres cercanos a mi circunstancia. Era todavía joven, él ya era entrado en años y se decía por entonces que estaba enfermo y que autobiografiaba a modo de testamento literario y vital, lo que no hizo sino hincar en mí junto con mi curiosidad y admiración, un tangible halo de respeto al verle para entregarle una copia de su libro garabateada con mis anotaciones durante su lectura, para que imprimiera un sello suyo personal.


Desconocer que junto a mi casa, a tan pocos metros, vivía un escritor, un poeta, un ensayista, un traductor, un maestro... fue otro de esos descubrimientos infantiles que ayudaron a poblar mi imaginación maleable de niño, de fantasías del mundo de la literatura y sus habitantes de renombre.


Al saber que aquel anciano de paso lento y mirada penetrante era Ildefonso Manuel Gil, estuve merodeando su casa, trasladando mi zona de juegos, por mor de crear la casualidad de encontrarle paseando, como yo lo imaginaba, con un gesto de reflexión buena y contemplativa y hacerle notar mi presencia cercana para robarle alguna palabra.


Debió de verme y me debió reconocer cuando le entregaba el libro para que me firmara en él y me lo dedicara personalmente, porque al salir de aquella casa, la suya, con el libro ya firmado, casi sin haber intercambiado palabra alguna pues sólo pude mostrarle de mí una mirada atónita y expectante, y al mirar la primera página en blanco en donde debía haber escrito, leí la siguiente dedicatoria:




"A Juan Carlos


mi querido amigo


porque la palabra no puede merodearse"

19/8/08

ESTOY PERDIENDO LA ESTRELLA


Estoy perdiendo la estrella que no era mía

que me encontré cada noche que no quise encontrarla

súbita, rauda como cometa.

Estoy perdiendo la estrella que no estaba aquí

antes de llegar yo,

y que volvió a pasar tantas veces sobre mí

para que pudiera verla...

He perdido la estrella porque no aparezco

porque ahora la busco

porque la necesito.

AQUELLAS TARDES DE RADIO, POESÍA Y MÚSICA


Eran grabaciones infantiles, que salían a un aire cerrado, a un área estricta y restringida, por donde una vez a la semana se esparcían nuestras voces... No sucedió durante mucho tiempo. Una vez que lo hicimos bien nos sucedió como un susto de revelación de haber hecho algo bonito, con ecos de respuesta con connotación y dejamos de grabar, para no volver a emitir y recordarlo.

Nos juntamos inicialmente para la realización de un proyecto de clase, en E.G.B., y quedamos en pedir permiso en la Casa de Cultura del pueblo, junto a la Biblioteca, para que nos dejaran utilizar el estudio de la radio local.

Nos pertrechamos de apuntes y libretas sobre temas que nuestros profesores nos indicaron previamente, para comenzar después del permiso de los responsables de la radio, a esbozar el contenido de nuestras grabaciones. De todos aquellos temas, descartamos los pesados, los que no nos decían nada a un grupo de niños con poco interés o con un interés de pocos alcances... Estábamos acostumbrados a vivir en un mundo de dimensiones reducidas y en ellas a movernos entre libros infantiles como puertas a otros mundos más bien lejanos. En el divagar de los niños, en la búsqueda de nuevos temas de qué hablar, conseguí pararme sobre un montón de libros de poesía casi abandonados en las estanterías de la deshabitada Biblioteca, que pronto atraparon la atención de aquellos compañeros de entonces. Nos gustó tanto la idea de ponerles música, que no lo pensamos más veces, y nos dirigimos al estudio acompañados por la locutora de la emisora habitual, que nos iba a dirigir en la realización de nuestro programa.

Cuando los versos comenzaron a sonar, pronto comenzaron a sonar sin apenas haberlas buscado, canciones, música inaudita por nosotros, que hacía que el estudio se llenara de magia, de algo inmarcesible e intangible... Estábamos haciendo algo bello y nos sobrecogió a todos.

Volvimos al estudio a la semana siguiente animados por los resultados en clase. Todos conocían a los realizadores de la emisión de aquella tarde. Todos habían escuchado y querían volver a oírnos. Realizamos de nuevo la misma operación con libros distintos, autores ignotos y nuevas canciones que salían de nuestras manos, escogidas a ciegas, que arropaban nuestras voces infantiles, leídas, volviendo a crear aquella atmósfera que nos hacía llorar, pausarnos y proseguir a lo largo de una eterna hora memorable.

No volvimos a realizar algo semejante. Y recuerdo aquellas tardes de radio como únicas e irrepetibles tardes en contacto directo, de mano propia, por la belleza de pasiones de las que hoy en día soy incapaz de deshacerme y por las que reincido con la misma expresión de descubrimiento gigantesco en mi cara de adulto de hoy.

ESTACIONES DE AUTOBÚS


Solía tomar semanalmente distintos autobuses de largo recorrido para trasladarme de mi pueblo a la ciudad, en donde cursaba carrera.


Me da escalofríos recordar ahora los momentos que viví a veces en las distintas estaciones de autobús, mientras esperaba para pagar mi billete de viaje y, luego, esperando la llegada del autobús que fletaban en una o en otra dirección de destino.


Eran sucios hangares, bajos comerciales enormes, desaseados, en donde nos cruzábamos las más distintas expresiones de la naturaleza humana y en donde nos sentábamos todos los unos y los otros en viejos bancos, con un espacio enormemente vacío que nos separara del otro, entrecruzando miradas silenciosas. Dicho así, parecerá que hablo de una especie de zoológico, pero lo cierto es que no es estar muy lejos de la realidad de aquellos sitios, por entonces, ineludibles en mi época de estudiante en la capital de provincia, una descripción somera como esa.


Desahuciados, emigrantes sucios, inmigrantes limpios, fardos, desesperados, viudas, solas, enfermos, sátiros de todas las orientaciones.... Parecía siempre un escenario de posguerra en constante mutación en el que me costaba involucrarme y en el que recibía salpicaduras de realidad que me hacían levantar una mirada ausente, abandonando el libro entre mis manos, para observar en silencio, desde un rincón. Muy de cuando en cuando... alguno de aquellos personajes de estación se acercaba a mí, que siempre he tenido un inaudito imán para los desesperados, y me contaba su vida y yo escuchaba...


CORRESPONDENCIA


Comencé a leer muy temprano, gran número de libros han pasado por mis manos desde entonces, pero sobretodos ellos, recuerdo haber leído con voracidad carnívora los libros recopilatorios de correspondencias entre escritores o entre pupilos y escritores o maestros... Tanto era así, tal era mi gran afición por lecturas de este tipo, que mi correspondencia infantil y adolescente con los amigos que marchaban de mi pueblo para irse lejos a vivir por distintas circunstancias, guardaron conmigo, porque así lo disfrutaba yo, una extensa y pesada correspondencia.

Disfrutaba contando los detalles de los días, describiendo todo tipo de situaciones, escribiendo poemas en medio de cualquier párrafo... Me recuerdo hasta pasando a limpio cartas inmensamente largas, dotándolas de dibujos infantiles al principio, para rellenarlas también con pequeñas inspiraciones gráficas poéticas más tarde...

Eran gozosas sesiones de escritura temprana, en las que trataba de hacer domeñable mi propia letra, para siempre ininteligible, a pesar de todo, y en las que conseguía verter mi propia intimidad de la forma más aséptica, hasta la pérdida de la vergüenza por compartirla de tan farragosos como fueron aquellos manuscritos, de tan incomprensibles como debieron ser.

Perdí todas las cartas de entonces, quedaran embarrancadas algunas sueltas en algún sitio en el que viví, y me alegraría tanto encontrarme con alguno de entonces, con alguno de aquellos amigos de los que nada sé ahora, hoy por hoy, para que pudiera mostrarme aquellos conatos de verborrea literaria que ahora me vienen a la memoria, motivados por las lecturas intensísimas que descubría aquí y allá de autores de nombre porque sigo queriendo, deseando que me ocurra algo parecido... Ahora está el más sencillo hábito del correo electrónico, pero está tan falto hoy día del romanticismo aquel, que me da la misma pereza comenzar a escribir, la misma pereza que hoy hace improbable la escritura manuscrita de cartas por cualquiera, su envío y, por descontado, su recepción.

Al menos, sigo recibiendo facturas...
Pequeños poemas trágicos de la desesperación más actual.
Habrá que conformarse!

18/8/08

SECOS LOS OJOS


No hay nada más desesperante que una página en blanco, pero he descubierto que existe también la desesperación de una página en blanco, no ya al escribir, sino al leer.

Pararse un minuto para comenzar una lectura, requiere también de cierta predisposición, de cierto ambiente para que una lectura sea correcta, para que no se convierta en un continuo pasar de hojas, repaso visual de párrafos y apuntes de palabras o expresiones desconocidas, graciosas, chocantes, ingeniosas...

Al faltar estas condiciones, se produce una lectura en blanco, una lectura de la que no se ha extraído nada, excepto una pérdida terrible de tiempo. Se ven las páginas como si en ellas sólo se hubiera conocido otro vacío similar al de la pérdida de la inspiración para continuar escribiendo o creando, como si tampoco se tuviera la concentración para capturar de las páginas leídas lo que contienen y las pendientes de leer produjeran sólo un fuerte vértigo en perspectiva.

Hasta en mis malas lecturas, esto es, hasta en los libros que he leído y que he considerado como malos, siempre he venido sacando una clara lección en alguna dirección, pero a veces, hasta en estos, no hallo nada que pudiera servirme para dar por válido el esfuerzo de una pausada y calma "lectura hasta el final". Es como si al igual que a la imaginación para escribir, a veces, los ojos estuvieran también secos.

ADORMECIDO


DE ETERNO ADORMECIDO ME HAN PINTADO
AQUELLOS QUE HASTA HOY HE CONOCIDO,
Y AUN CON SUEÑO A LOS OTROS ME HAN VENDIDO
COMO UN SOLO AUSENTE ANONADADO...


POR TODO EL TIEMPO HAN INTENTADO
COMPRENDER LA DUDA EN LA QUE HE VIVIDO
PROLONGANDO EN LO MALO CONOCIDO
LA VISIÓN CRUEL DE TODO LO PASADO.

EN ESTA SOLEDAD EN LA QUE PENO
RENUNCIO A MI SUERTE MAL VIVIDA...
NI VER NI RECORDAR SERA MI EMPEÑO.

MAS A AQUELLA SOLEDAD ME ENCADENO
PUES SIENTO QUE SU PESO ES LA VIDA.
YA, SUMISO, ACEPTO CUALQUIER DUEÑO

15/8/08

NADA


DEDICAME UN SILENCIO AMABLE
O INDIFERENTE, DEL QUE NO SIENTA
UNA MIRADA OBLICUA O ATENTA
FALSAMENTE AL DOLOR INMUTABLE

DE LA HONDA HERIDA PERDURABLE
QUE VA ESCARANDO, DE MIS OJOS, LENTA,
LA LÁGRIMA SALADA QUE DETENTA,
CON LA LUZ DEL ALBA, EL VISO AFABLE

DE AQUELLA ÚNICA CARICIA LEVE
DE TU PARTE. UNA INDIFERENCIA
QUE NI EL RECUERDO O EL OLVIDO LLEVE

O EL MÍNIMO ESTUPOR POR MI PRESENCIA...
QUE UNA NUEVA NADA ENTRE AMBOS ELEVE
SIENDO YA MI VIDA CON TU AUSENCIA.

14/8/08

RE VIVIR


Resulta curioso comprobar cómo nuestro pasado va con nosotros.

No nos abandonan las experiencias vividas en la infancia, todo lo que nos enseñaron directa o indirectamente, lo que aprendimos, lo bien o lo mal que nos trataron, (sobre todo lo mal que nos trataron), la ausencia de afecto que sufrimos, la inseguridad del desabrigo de nuestros protectores, la indolencia de nuestros padres ante nuestro llanto, el abuso de nuestros desconocidos, la incomprensión de nuestros hermanos, la falta de guía frente a una realidad ignota, la burla de lo que otros siempre consideraban como sabido y que nosotros aprendíamos, una displicente enseñanza, el ridículo, la vergüenza infligida por quien se consideró ante nosotros más fuerte, la humillación...

Todas esas cosas de a veces que, incontroladamente, ayudaron a la mancillación de nuestra niñez, a las que un niño, de por sí débil, maleable y frágil es incapaz de enfrentarse por sí sólo, contribuyen a hacer pesada la carga de determinación personal existente en todos y cada uno de nosotros...

A una nefasta confluencia de determinación cultural por la circunstancia particular de nuestros progenitores, por la propia circunstancia del infante, se une todo ese amasijo de experiencias traumáticas que éste puede llegar a sufrir y que indefectiblemente cargará consigo mientras no halle oposición íntima, mientras no se convulsione psicológicamente para encontrar el revulsivo que haga que ese niño se enfrente cultural, social y afectivamente a esta determinación de su personalidad, a la imposición de una perspectiva vital ajena a sí mismo, adquirida involuntariamente y, por todo ello, perjudicial para su vida misma, habiendo sido experimentada.

Del mismo modo que cuando crecíamos sentimos necesidades desatendidas por las circunstancias que nos rodearon, más tarde, en edad avanzada, madura, esas mismas carencias reverdecen, agudizando una urgente necesidad de subsanación de cualquier falta, reclamando una compensación in extremis, determinante, para hacer de esa vida individual un ser capaz de liberarse de lo que le marcase negativamente para el desenvolvimiento social que se pudo ver afectado por un cúmulo indeseable de frustraciones infantiles.

Decir que reverdecen, es también admitir que hubo lucha íntima, que hubo rebeldía o quizás, incluso, cierto aire de inconsciencia viviendo, porque la inconsciencia adolescente, no parece sino el período de debate íntimo contra la predeterminación circunstancial de una vida que ha de saltar en breve a la experimentación independiente de una vivencia íntegra y autónoma del mundo con el que ha de estar en conflicto. Y esa perspectiva, intuyendo una falta de preparación para el salto, es abismal, produce un miedo cerval que en última instancia parece sólo salvable ciegamente.

Vivir a tientas no sólo podría implicar cometer errores, también produce aciertos, pero anestesia toda sensación de necesidad, disimula toda carencia, sólo dejando traslucir un aparente desconcierto. Es aquí cuando llegan los sucedáneos, las búsquedas, el idealismo, la falsa sensación de encuentro con lo auténtico, la formación de una personalidad debilitada, sin contrafuertes, de base enclenque y desordenada con la promesa infeliz y esperanzada de otro futuro en construcción.

No siempre la suerte es benigna, no siempre el devenir de las cosas casa con una prospección determinada del futuro que deseamos vivir un día. Muy al contrario, tras la anestesiada etapa en la que hemos tratado de desasirnos de todo vínculo impuesto, y pudiendo haber encontrado por fortuna un asidero temporal tal y como nosotros lo deseáramos, regresan para sacudirnos en la calma.

¿Es entonces posible la lucha definitiva por recuperarse?

SUSURROS


EL RUIDO DE ESTE VERSO SE HACE SORDO
AL FUERTE EMPUJE BRIOSO DE OTROS AIRES.
SILENCIA EL VIENTO MI CANTAR DUDOSO...
SUSURROS SON MIS NOTAS EN EL AIRE.

SUSURROS SON MIS NOTAS EN EL AIRE
QUE DANZAN AL COMPÁS DE UN SON MELOSO
MARCADO POR LA SUERTE DE LOS NAIPES...
ALEJADO DE LOS TRINOS MIENTRAS BORDO

LAS PRENDAS Y VESTIDOS QUE LOS TAPEN,
APRENDO CON LAS BRISAS LOS SENTIDOS,
LAS TRAMPAS Y LOS TRINOS DE SUS ARTES.

13/8/08

TEMOR


SER SÓLO YO DESPIERTO EN LA MAÑANA
Y NO HALLAR LOS AMORES QUE HE VIVIDO
Y NO ENCONTRAR DE MÍ QUÉ HAYA SIDO
Y SÓLO VER VAGANDO RUINA VANA;

SER SOLO, UNO SÓLO EN LA VENTANA
ABIERTA AL MUNDO EN DONDE HE NACIDO
Y CONTEMPLAR LOS RESTOS DE UN VENCIDO
MURO EN UNA SOLEDAD CERCANA

ES EL TEMOR MAYOR QUE MÁS ME ASUSTA...
Y MÁS SE CRECE CUANTO MAS ME DAÑA,
PUES MAS ME DUELE CUANTO MAS ME DOMA.

TAMBIÉN HOY SE VE LA LUZ EN LA MONTAÑA
EN LA QUE TRAS LA OSCURA NOCHE ASOMA
LA SOLA AMISTAD, LA FE VETUSTA...

ASECHANZA ( En Hermann Hesse)


EL PÁJARO QUE AYER POSABA EN ORO
HOY VUELA PARA YA MÁS NO VOLVER
DEJANDO DE SUS ALAS EL SONORO
ECO EN LOS AIRES DEL ATARDECER.

EL EVO TRINO Y EL CANTAR CANORO
DEL AVE LEVE, SE EMPIEZAN A PERDER
CON LA DISTANCIA Y EL ANOCHECER
EN EL QUE ESTA AÑORANZA AFLORO

HACE NACER EN MI OTRA ESPERANZA...
DEL PROFUNDO ENGAÑO, EN LA INFINITA
PROFUNDIDAD DE MI IGNORANCIA,

LA RAZÓN BUSCA EN MÍ LA TOLERANCIA
DE UNA MÓVIL VOLUNTAD QUE DORMITA
ENTRE LA FORTUNA Y LA ASECHANZA
.

INTRANSI-GENTE


La gente intransi, la que no deja títere con cabeza, la que no perdona y siempre corrige a los demás, la que no acepta a nadie más que a sí mismo, la que mira siempre por encima del hombro, la que, a veces, ni siquiera mira o lo hace con desprecio, la que no tiene escrúpulos para el pisoteo... Hijos, estoy más cansado de vosotros que de mí mismo por repetirme. Qué les darán para ser así...? Me da rabia, verdadera y corrosiva rabia, que exista gente así como de lista, que se las da de sabihondo, de sabelotodo, mientras llevan una vida deplorable... Porque suele coincidir la mayoría de las veces...
O no?

Y es que yo no sé si me he equivocado de sitio, o de lugar, así tanto como he cambiado de lugares en donde he vivido, pero siempre están por ahí pululando... Pero es que sólo me pasa a mí esto? Sólo yo me encuentro gente así?

VOY PERDIENDO RELOJES


Voy perdiendo relojes.

Minuteros y segunderos se me caen por las muñecas.

Estoy perdiendo las horas de mi pasatiempo. Los minutos.

No estoy en dónde creo estar

y el calendario me muestra fechas desvergonzado.

Ya he perdido los meses del hastío, los días...

Se ha pasado todo lo que no se queda aquí,

conmigo,

para moverme a mi vez por entre los cristales

como agujas

de la arena de mi reloj de lluvias. Reloj de aguas estancadas.

Perdí los años en los que no me encontraba

buscándome

volviendo a confundir el sueño

repitiendo las palabras que nunca quisiera decir.

Las vidas.

Disipadas opciones, siempre erróneas.

Sendas de satisfacción sin premio.

El nacimiento.

EL OTOÑO SIEMPRE HIERE Raúl Guerra Garrido

Segundo hallazgo. Misma librería, mismo sistema, misma impresión a la hora de la compra.
Sesudo libro de viaje interior, de vuelta a los orígenes. Un manido tema que, a Raúl Guerra Garrido le basta para hacer un profundo, sentimental e intelectual repaso por su vida desde la de ahora hacia la de antes, ya viejo, achacoso y desgastado, y por la vida de los que vuelve a revisitar, casi como un desconocido, al paso que se reencuentra con lugares comunes que le dejaron una impronta sentimentaloide en la infancia y en la adolescencia. Sueños, reflexiones, ensoñaciones, deseos... La literatura de viaje íntimo gana un nuevo ejemplo para sus libros de texto, a mi juicio.
De lectura ardua por momentos, su forma de escritura asemeja ser transcripción de grabaciones de voz puntuales durante la verdadera acción.
De su repaso, asusta sólo comprobar que la prolongación a la inversa de la vida, es fiel reflejo de que las cosas nos persiguen, que existen multitud de episodios inconclusos que nos marcaron, que nos hicieron más débiles y que determinaron de forma alguna el modo en el que nos relacionamos con los demás en un período tan importante como la infancia y la adolescencia.
Dura, cruda y sincera reflexión sobre la muerte, a propósito del fin de un ascendente, en donde palpita un vómito de temor, de sensación de "no todavía", porque aún quedan cosas por cumplir, por solventar.
Recomendable para los que no sufren con el regusto de un aparente final sin final porque entienden que escribir a veces es sólo un pretexto para otra cosa.

LA MEDIDA DEL MUNDO Denis Guedj


Última lectura realizada, encontrada por mera casualidad en una pequeña librería perdida, en donde el precio de los libros a la venta es prácticamente la declaración más evidente, no ya del desprecio por la literatura, estamos hablando de una librería, sino de unas aparentes ganas de deshacerse de libros olvidados, reeditados casi sin sentido, parece!, de escasa o nula aceptación general.
Es pues un pequeño hallazgo, una sorpresa fresca que sólo recomiendo a los amantes de la ciencia exacta, la historia de Francia y su Revolución, y de ella, la intelectual y científica.
Aunque de factura sencilla, pero de elaboración minuciosa y lectura veloz en principio, es el relato de una pasión poco común hoy día, real e imperecedera, de esas pasiones que cambian el curso de lo cotidiano para siempre jamás.
Para quienes crean en la consecución de imposibles, luchen contra adversidades menores o mayores en su mundo particular, para los que crean que cejar en un empeño es a veces la mejor opción y para los que trabajan afanados en el detalle, con la esperanza de que un conjunto de esfuerzos cale de algún modo en alguien o en algo, es lectura no imprescindible, pero sí recomendable.

SOLAMENTE LA TARDE


Me llevabas de tu mano por los lodos, acercándome a un pasado reciente, con la distancia de ayer entre nosotros, dejándonos callar por la evidencia del atardecer, iluminándonos los ojos de verdades.
Me dejaba acercar por ti a ti mismo, a lo que fuiste, con la temeridad de quien sabe que tras la curiosidad viene el daño leve de la salpicadura de lo que late aún.
Nos dejamos encontrar por los mares, mirando siempre atrás por si tus navegantes nos sorprendían en el renuncio al olvido.
Caminamos juntos, yo callaba.
Andabas junto a mí, mientras reías con temores.
Estaba desnudo.
Fui vulnerable al viento.
Las espumas de sal quedaban a los pies.
Pero no pasó más que la tarde.

12/8/08

LOS ESLABONES DÉBILES


No creo poder remediarlo.
Siento una extraña atracción por las causas perdidas, por aquellos que parecen haberse desviado continuamente por un camino más duro y que se cruzan o se han cruzado en mi camino contándome su dolor, su pena, su queja de la vida y del comportamiento de los otros, ofensivo, denigrante, duro, cruel...
Comprendo en ellos cierta verdad subterránea, sino toda la verdad subterránea existente en el juego de la realidad y de la vida.
Me da la impresión vertiginosa de que es un vivir más real, más a ras de vida, mejor vivido y sentido que todo lo superfluo y aparente de la vida de los que siempre son los demás, los otros.
He escuchado historias de todos los tipos, calibres...
He vivido observando penurias, dolores y creo haberlos padecido a mi vez.
Detesto el victimismo por el victimismo, pero no dejo de observar la diferencia social más acendrada que convive entre nosotros inevitablemente, y es la de los ganadores y los perdedores, los vencidos. Me siento parte de esa amalgama de gente que observa, que actúa a veces con el temor al daño, sabiéndose vulnerable y frágil. Me siento a veces queriendo un cambio en mi vida, un celo y una envidia por quienes aparentan un modo de vida fácil. Me encuentro deseando de vez en cuando una sociedad verdaderamente democrática en el sentimiento, en una sensible crisis de la sensibilidad, del respeto por quienes comprueban que es difícil moverse en un mundo en el que se han ido sumándose los obstáculos para ser feliz, sencillamente, simplemente, sin aparatos de por medio, viviendo la vida complacidamente, valorando todos los esfuerzos por no quebrar la cadena de uno, el valor íntimo de uno mismo, uniendo los eslabones del corazón, recomponiéndolo.

LOS OCHENTA


11/8/08

TODAVÍA


AYER DE TANTA SENSACIÓN REPLETO
Y HOY FALTO DE ELEGANCIA EN LA ESCRITURA;
MAÑANA TRISTE Y SIN DOLOR CONCRETO,
REVUELTO POR LA PENA EN LA TRISTURA,
AÚN VENDRÉ GUARDANDO MI SECRETO,
TODAVÍA INTACTO COMO ROCA DURA,
PUJANDO POR SALIR DE MI COLETO,
SOMETIENDO AL DESEO A LA CLAUSURA.

...


UN DÉBIL CORAZON DE DUDA
PLENO HOY SE LEVANTA... IGUAL
QUE AYER SERA DE PENA LLENO,
DE LLANTO Y FURIA ETERNAL
Y DE IGNORANCIA...

EL BREVE ANHELO


LA HERIDA QUE EL VIENTO LUDA
ESCARARÁ Y SANARÁ
EL DAÑO GRAVE DE LA DUDA
INSANA...

...


DEL SÍMBOLO PLURAL DE LA ESPERANZA
TOMARÉ HOY LOS MAS PUROS VERDORES
A TU LADO, DEJANDO ATRÁS DOLORES
Y RECUERDOS TRISTES DE MI INFANCIA

HASTA LOS SIETE (Incompleto)

Mis primeros recuerdos de infancia parecen ser muy tempranos y sólo a veces vienen a mi memoria en forma nebulosa, en imágenes difusas, difuminadas, como disueltas por el agua constante en el curso del recuerdo, móviles e intermitentes, como a golpes de fragmentos inconexos.
Recuerdo un primer día de colegio, una bata a cuadros azules y blancos, unos lápices de colores, un llanto de otro contagiado.
Recuerdo un reloj de pulsera infantil, y un mirar la esfera buscando leer una hora.
Recuerdo extender los dedos de una pequeña mano, la mía, un gesto enseñado por mis padres, para dar a entender mi edad.(4)
Recuerdo recintos cerrados, patios interiores repletos de vegetación, rosas y geranios, plantas diversas y desconocidas aún hoy para mí.
Recuerdo una cesta enorme en donde se secaban caracoles.
Recuerdo macetas en donde esperaba ver crecer patatas robadas a la despensa de mi madre.
Recuerdo amigos, me veo correr rápido cuesta arriba y cuesta abajo, recuerdo un triciclo azul en donde nos montábamos.
Recuerdo enormes bocadillos de mantequilla azucarada a la hora de la merienda, o de tomate o de Nocilla... Recuerdo cerezas robadas.
Recuerdo ramas de carrascas, grupos bulliciosos de niños cortándolas, hogueras de San Juan, noches iluminadas y fascinadores fuegos que calentaban noches frías de mis primeros veranos.
Recuerdo el cine al aire libre, los helados, sus precios, las rifas que nunca premiaban a nadie.
Recuerdo chicles y golosinas en las catequesis por cada pecado aprendido, tan pequeño...
Recuerdo cementerio, recuerdo hielos y nevadas, recuerdo calles y torre de la iglesia al lado del club, recuerdo fuente y fragua, lavaderos, eras misteriosas de árboles espesos con ramas de formas misteriosas y un incendio.
Recuerdo barcos de juncos y cortezas de pino, recuerdo laderas de montes por donde nos tirábamos a rodar.
Recuerdo escuela y profesora, Águeda Juan Juan, recuerdo su autobús y su cariño, y mi pequeño cariño por ella, esperándola en la parada de autobuses para acompañarla hasta el aulario.
Recuerdo un himno viejo cada mañana, fotos de escuela con hermanos, columpios.
Recuerdo una base aérea cercana, un mundo grande.
Recuerdo a veces miedo, pero sobretodo recuerdo la alegría hasta cumplir los siete...

7/8/08

A PIRATAS

No hay nada peor que un gracioso cobarde que pretenda atentar contra ti o contra cosas nacidas de ti en alguna forma. Admitiendo la divergencia en opiniones y gustos, lo que es inexcusable siempre en cualquier ambiente o circunstancia es la educación y la forma. No es lo mismo criticar destructiva que positivamente, ahí podemos observar todos una clara diferencia y, aunque lo lamentable en todo es la censura y en contra de una inicial filosofía propia, me veo forzado a la moderación de los comentarios que queráis verter en mi blog, para ayudar a quienes lo precisen, a ser valientes, educados y constructivos.
A todos los demás, disculpas.

6/8/08

AQUÍ


PERDÓNAME POR IR ASI BUSCANDO
UN CORAZON DE APOYO A MI CABEZA,
EL HOMBRO QUE CONSUELA MI TRISTEZA
HACIENDO DEL DOLOR TAN SOLO UN DAÑO.

PERMÍTEME TENER DE TI EL ABRAZO
O EL CALOR ,AUN LEVE DE POBREZA...
PROMÉTEME UN ALIVIO SIN CERTEZA...
CONCÉDEME EL SUEÑO EN TU REGAZO.

AL CABO, TERMINO ARREPENTIDO,
ACABO MENDIGÁNDOTE UN RECUERDO
DE AQUELLO QUE FUERA CONCEBIDO.

REVIVIENDO EN MI UN DULCE ECO,
TUS PALABRAS SOLAS ME ESTREMECEN.
AQUÍ, LÁGRIMAS Y RISAS SE RETUERCEN.

A NAVEGANTES

Muchas gracias por vuestras visitas.
Vuestra aparente fidelidad es apabullante, aunque esto no justifica la evidente retirada de circulación de los relatos que disfrutasteis (?) durante un breve período de tiempo.
Les di vida, pero ahora he de transformarlos en un sueño, hacerles crecer y ver sus frutos.
Los que he recogido aquí gracias a ellos, los guardo íntimamente.
No abandono. La fuerza de casi 700 visitas en menos de un mes de la creación de este blog me anima a continuar compartiendo. No fue creado para otra cosa más que para comunicar y trasmitir, sin idea definida de qué. Veremos si poco a poco puedo o no ir llenándolo de algo que pueda valer también la pena una atención mínima.
Un afectuoso saludo a los que habéis estado ahí, un renovado gracias hondo a los que me escribieron comentarios y a los que movidos por la curiosidad u otras razones me visitaron.