Solía tomar semanalmente distintos autobuses de largo recorrido para trasladarme de mi pueblo a la ciudad, en donde cursaba carrera.
Me da escalofríos recordar ahora los momentos que viví a veces en las distintas estaciones de autobús, mientras esperaba para pagar mi billete de viaje y, luego, esperando la llegada del autobús que fletaban en una o en otra dirección de destino.
Eran sucios hangares, bajos comerciales enormes, desaseados, en donde nos cruzábamos las más distintas expresiones de la naturaleza humana y en donde nos sentábamos todos los unos y los otros en viejos bancos, con un espacio enormemente vacío que nos separara del otro, entrecruzando miradas silenciosas. Dicho así, parecerá que hablo de una especie de zoológico, pero lo cierto es que no es estar muy lejos de la realidad de aquellos sitios, por entonces, ineludibles en mi época de estudiante en la capital de provincia, una descripción somera como esa.
Desahuciados, emigrantes sucios, inmigrantes limpios, fardos, desesperados, viudas, solas, enfermos, sátiros de todas las orientaciones.... Parecía siempre un escenario de posguerra en constante mutación en el que me costaba involucrarme y en el que recibía salpicaduras de realidad que me hacían levantar una mirada ausente, abandonando el libro entre mis manos, para observar en silencio, desde un rincón. Muy de cuando en cuando... alguno de aquellos personajes de estación se acercaba a mí, que siempre he tenido un inaudito imán para los desesperados, y me contaba su vida y yo escuchaba...
3 comentarios:
Siempre me ha dado la impresión que alrededor de las estaciones de tren... de autobús, hay como un submundo o un supermundo, lleno de cosas especiales y únicas de esos lugares y lo que es más impactante, de gentes especiales de esos lugares.
Un placer encontrarte y gracias por tu visita.
Besos.
Carlos, gracias por la visita. Tu blog es para saborearlo despacio. Lo que me acaba de dar tiempo, me ha ensanchado el alma. Un abrazo
Vital experiencia para un nido de aconteciemtos simultáneos, como son estas estaciones que mencionas y describes con tal esmero, que se suceden tan próximos a nuestras vidas y que a veces pasan desapercibidas...
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